Alguna vez te has preguntado ¿Por qué algunos sabores del café son más fuertes o sutiles? La intensidad de los sabores del café se crean a partir de su cuidado y sobre todo, del tostado del grano del café.
A continuación te contaremos cómo llevamos a cabo paso a paso, el proceso de un café delicioso:
Mezcla y Alimentación
El café como lo saboreamos en un inicio tiene un color verde, ya que aún no ha sido tostado, sus propiedades son muy distintas a las que conocemos del producto final.
Seleccionamos estos granos verdes y separamos en mezclas precisas y estrictamente cuidadas, con esto encontramos un balance en sus propiedades: el sabor, el cuerpo y la acidez. Y es aquí donde creamos la combinación perfecta para el aroma que tanto amamos.
Los sacos con café verde se colocan en orden acorde a la mezcla que buscamos previamente, y es así como comienzan su viaje, cuya primera escala será un gran embudo gigante llamado tolva donde se procesa cuidadosamente.
Tostación
Este proceso inicia con 280 kg de café en un cilindro rotatorio, que
se prepara para el tueste con algunos gases de combustión. En
promedio, son entre 10 y 20 minutos de tostación; con su
temperatura previamente programada para desarrollar
características diversas del café. Estos son los tipos más comunes de
tueste con los que puedes encontrar:
Tipos de tuestes
Americano: Con este tueste nos da como resultado una acidez y sabor más pronunciado, destellos de sabor serán palpables en tus papilas gustativas.
Viena Francés: La intensidad del café se incrementa exponencialmente en esta versión; su tono oscuro y sabor ahumado es delicioso.
Italiano: Aquí el tostado ha alcanzado su punto máximo, el resultado es un café de aroma y sabor inigualables, con menos cantidad de cafeína ya que se ha despedido de algunos de sus aceites esenciales. Es la cúspide del sabor, utilizándose en su mayoría para café gourmet y espressos. Una de sus características es el brillo que adquiere debido al tueste.
Enfriamento
Lo más probable, es que después de leer de los tipos de tueste y el café que se puede preparar con ellos, nos imaginemos estar disfrutando de un americano en este momento. Ahora hablaremos del momento de bajar la temperatura dentro de nuestro proceso. Cuando se ha alcanzado el punto idóneo de tostado, dentro del mismo cilindro los granos son sometidos a un proceso de “enfriamiento brusco”, en el que son rociados con agua. Acto seguido, pasan a un enfriador, donde por medio de aire, agua y movimientos generados por uno de los brazos de la máquina, la temperatura es reducida aún más. Gracias a la ciencia, sabemos que después de haber efectuado un proceso de tal complejidad, ocurren cambios tanto a nivel físico como químico en la composición del grano (imagínate un objeto tan sensible, sometido a condiciones tan diferentes en poco tiempo).
Para asegurarnos que el tostado se haya llevado a cabo de manera exitosa, nuestros expertos en control de calidad toman muestras que son analizadas en un laboratorio. Así nos aseguramos que cumplan con los estándares en cuanto a color, aroma, cuerpo y acidez acorde a cada tipo de tueste.
Reposo y Desgasificado
Sabemos que lo bueno lleva tiempo y dedicación, tal es el caso de nuestro café, que después de ser sometido a los diferentes procesos antes mencionados, permitimos que los granos de café asimilen el cambio, por ello los dejamos reposar entre 12 y 24 horas para que inicien y continúen con el desprendimiento de gases, en su mayoría CO2.
Este proceso es sumamente importante, ya que de no llevarlo a cabo, se vería reflejado en los envases, dándoles un aspecto inflado, poco práctico y poco estético (además de que la vida del producto estaría comprometida).
En este punto ya contamos con granos enteros que están listos para ser empacados, distribuidos y ansiosos por convertirse en una taza de café, sin embargo, otros permanecerán en la planta ya que aún les queda camino por recorrer.
Área de Molienda
En molinos de rodillo, se resquebraja cada grano de café, hasta que se obtienen diminutas partículas, con la finalidad de que la extracción del los sólidos al ser colado, sea mucho más sencilla.
La molienda es un paso fundamental a la hora de definir el sabor de tu café. La pregunta más comprensible sería ¿por qué? si es exactamente el mismo grano. Obtenemos la respuesta al momento de verter el agua caliente: la extracción de los componentes que viven en la semilla, se lleva a cabo de forma distinta de acuerdo a su tamaño, resultando en sabores más o menos pronunciados. Un cuerpo de densidad variable y diferencias igual de notables en el resto de sus propiedades.
Para que el sabor que consigas sea más constante que las horas en las que tomas el café, se lleva a cabo un proceso llamado “análisis de mallas” en el que expertos, examinan cuidadosamente las moliendas para asegurarse que cumplan con las características granulométricas (fino, regular o grueso) que distinguen a cada una.
Empaque
Sí, estás en lo correcto, aquí es donde las diferentes presentaciones de café se llenan (literalmente) de vida. Cada presentación está pensada a cubrir una necesidad distinta, pero todas sirven al mismo fin. Los empaques están diseñados para que nuestros productos conserven sus cualidades organolépticas. Y del anaquel solo queda un último paso: a tus manos, y de tus manos… a tu paladar.
El proceso de tostado es uno de los que más nos apasionan, ya que podemos ver al café transformarse y madurar frente a nosotros, miles de años de evolución alcanzan la cúspide en unos minutos y el sabor que se encontraba contenido en el grano emerge para poner sabor a tu vida.
Como viste, hay diversos tipos de tostado y cada uno de ellos tiene una personalidad diferente, pensado para personalidades diferentes. Encuentra la mezcla que va contigo, anímate a probarlas todas, quién sabe.. quizá el italiano era tu favorito y no lo sabías, o la suavidad del americano era algo que buscabas pero no tenías claro cómo pedirlo, ¡Ahora lo sabes!
Y sólo queda una cosa por hacer… iniciarte en la aventura de descubrir nuevos sabores, nuestros sabores.
